viernes, 30 de noviembre de 2012

el verano de AJ


Hace un tiempo atrás, ya 4 años, cuando trabajaba para un centro cultural que tenía voluntades de renovar su comunicación para, fundamentalmente, aumentar su audiencia activa, me preguntaron quién sería para mí la personalidad indicada para promover la programación mensual: AJ, dije a los gritos. En la reunión semanal de equipo se hizo un silencio monacal, bastante habitual ante mis arrebatos verbales: respuestas snobs y cursis SIN FILTRO;  todavía recuerdo las torres de sanguches de miga de 25 cm de altura perdiendo la cadena de frío y los botellones de cocacolas retornables de dos litros y medio coronando la mesa de directorio en enchapado de falso roble, como única réplica a mi ocurrencia. Pero AJ, paseándose por las galerías, invitando en un mini micro a los televidentes por canal 3 o 5, AJ en locución radial promoviendo un festival o el cine de los domingos, hubiera sido un 10 puntos. Hagamos una prueba, ¿quién no conoce a AJ en la ciudad? 40 años de permanencia y producción mediática a favor de la comunicación cultural. ¿No hubiera sido genial que los equipamientos culturales comuniquen sus contenidos con la voz y la osamenta de AJ? Max Cachimba trató, a su modo, con el refinamiento habitual de su línea y humor, de infiltrar a Llorente en los contenidos de aquel equipamiento. ¿Hay un perfil, hay un target o no hay perfil o no hay target, hay agentes culturales? ¡Qué desastre de preguntas! Hay modos más o menos divertidos, hay productos culturales que se ajustan, y otros que se pierden, que no sirven, que no son eficientes. Hay permanencias inauditas y hay pasos rápidos hermosos.  Pero es riesgoso y lindo poder pensar cómo uno no pensaría, de esta manera el auto-jaque es un ejercicio muy favorable para la creatividad. He leído un texto de AJ en el que invita a visitar el MACRO y hoy vuelvo a verlo retratado por Cachimba en un dibujo. Mi hijo dibuja a diario ese dibujo de Cachimba dibujando a AJ. Yo quiero ser Llorente, quiero que Cachimba me retrate y quiero que mi hijo me dibuje con amor. Ayer veo a Alberto J. Llorente en un primerísimo plano de cartelería urbana promoviendo una empresa de transporte que se mueve a la costa en vísperas de temporada alta. Y AJ me superó, superó mi estándar de sorpresa, y superó su anonimato ante mis hijos: él aparece en primerísimo plano con los bracitos cruzados como el baile del gran hit musical de PSY del mes octubre 2012 en Gangman Style, de Corea del Sur. ¿El Show de AJ le copia al de Inkigayo, o es al revés? Sólo que aquí el viaje es hacia la costa atlántica y AJ se va acompañado de los típicos cabezudos, pirulineros, bañeros y minitas de la ciudad feliz.  Esos carteles son imperiosos, son excelentes. América Sánchez, Mariscal, Norberto Chávez deberían estudiar el fenómeno: gigantografía, Gangman, baile del caballo, AJ+PSY+MÁS VIDA CONTROVERSIAL. Es decir: AJ quiere bailar cabalgando como el coreano, pero el coreano lleva el charm del sastre y la percha de Llorente. 

P.D.: mi querida socia me suma este dato más que curioso que yo no había tenido en cuenta.

(El secretario general de la ONU Ban Ki-moon recibió en la sede del organismo al rapero PSY durante el mes de octubre pasado. Los dos surcoreanos repitieron los movimientos del "baile del caballo", más aquí:http://america.infobae.com/notas/60242-Ban-Ki-moon-baila-al-ritmo-del-Gangnam-Style )

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